Desde este blog habíamos enfatizado las recomendaciones de las principales Guías de Práctica Clínica para el abordaje de la depresión, (Pincha aquí) que sitúan al tratamiento psicológico cognitivo conducutal como la terapia de elección (Pincha aquí) al ser más barata, eficaz que los psicofármacos para esta patología, y que además evitaria la relación entre el tratamiento farmacológico para la depresión y aumento de peso.
Si bien la terapia cognitivo conductual es el tratamiento de elección recomendado por consenso científico, la escasez de psicólogos en nuestro sistema sanitario público, como hemos comentado en anteriores ocasiones, (Pincha aquí) provoca que muchos pacientes se vean abocados a recibir como única opción terapéutica el tratamiento con antidepresivos, lo que disminuye las posibilidades de remisión de los síntomas, dispara el gasto sanitario (Pincha aquí) y además trae asociados una serie de efectos secundarios que son inexistentes en pacientes que siguen un programa de terapia cognitivo conducutal.
Entre los efectos secundarios más frecuentes asociados al consumo de antidepresivos se encuentran problemas gastrointestinales,como náuseas y vómitos, estreñimiento asi como somnolencia, agitación, astenia, disfunción sexual y cefalea.
Uno de los efectos secundarios que pueden asociarse al consumo de antidepresivos y que puede tener implicaciones en la morbimortalidad del paciente es el aumento de peso, problema que influye directamente en la salud en lo que se conoce como síndrome constitucional, donde el aumento de peso va emparejado de hipertensión, dislipemia y diabetes.
Un estudio de reciente publicación, (Pincha aquí) ha clasificado ocho antidepresivos de uso común por su potencial para producir aumento de peso. Los resultados del estudio mostraron pequeñas diferencias en el cambio de peso a corto y largo plazo en pacientes a los que se les prescribió uno de ocho antidepresivos, con bupropión asociado con el menor aumento de peso y escitalopram, paroxetina y duloxetina asociados con el mayor. Los usuarios de escitalopram, paroxetina y duloxetina tenían entre un 10% y un 15% más de probabilidades de ganar al menos un 5% de su peso inicial en comparación con aquellos que tomaban sertralina, que se utilizó como comparador.
El hallazgo sobre el efecto de diferentes antidepresivos sobre el aumento de peso, da información relevante al clínico para la elección del tipo de antidepresivo a elegir en función de las caracteristicas del paciente (pacientes con o sin sobrepeso u obesidad previa) disminuyendo así la iatrogenia asociada al fármaco.
AGO