Un estudio publicado en el Journal of Affective disorders, reflejó que existe una asociación entre la depresión de inicio en el posparto y el diagnóstico de trastorno bipolar tipo II en familiares, lo que aumentaba el riesgo de depresión.
El trabajo, reveló que la mayoría de las mujeres diagnosticadas de depresión de inicio en el posparto tenían una historia familiar de antecedentes de trastorno bipolar, en comparación con aquellas sin historia de diagnóstico previas.
La mitad de las mujeres diagnosticadas de trastorno bipolar tipo II reportaron una depresión de inicio en el posparto en comparación con menos de una tercera parte de episodios depresivos en el posparto reportado por mujeres que habían sido diagnosticadas de trastorno bipolar tipo I o Depresión Mayor. (Pincha aqui)
El estudio deja la puerta abierta a la posibilidad de intervenir sobre el riesgo de depresión en este grupo de enfermas, ya que se pueden utilizar abordajes de carácter cognitivo conductual para reducir el estrés de estas pacientes mediante estrategias de abordaje de cambio cognitivo, detección de síntomas, técnicas de afrontamiento y otras técnicas psicológicas que mejoren el ajuste de las personas afectadas por este trastorno para encarar el reto del alumbramiento. (Pincha aquí)
Otras utilidades de la terapia psicológica para este trastorno se centran en aumentar la adherencia del paciente a la medicación, disminuir las hospitalizaciones y recaídas, así como aumentar la calidad de vida del paciente.
Existen programas específicos para este tipo de trastornos que fomentan la identificación de estresores que pueden propiciar las recaídas así como el abordaje de los mismos, la demora de las relaciones interpersonales, el establecimiento de ritmos circadianos y la implantación de rutinas cotidianas. (Pincha aquí)
NOV