El tratamiento psicológico del asma es pertinente porque la prevalencia de los trastornos afectivos y de ansiedad en pacientes asmáticos es superior a la población general. Esta relación de comorbilidad ya ha sido descrita en trabajos anteriores teniendo su reflejo en el modelo de la disnea.(Pincha aquí)

La sintomatología depresivo-ansiosa puede provocar en el paciente asmático un mayor sufrimiento, un menor control de los síntomas y por tanto un aumento de la demanda asistencial, que se traduce en un mayor sufrimiento y consumo de fármacos para el paciente.

Algunos trabajos han investigado la relación existente entre calidad de vida, ansiedad depresión y estatus funcional llegando a concluir que la calidad de vida está más relacionada con la percepción que tiene el paciente de su situación que con los aspectos funcionales de la enfermedad, lo que podría sugerir que una disminución en las puntuaciones en ansiedad y depresión tendría efectos sobre la calidad de vida más allá del nivel de afectación respiratoria del paciente(Pincha aquí)

Tradicionalmente, la sintomatología de tipo psicológico como la que nos ocupa se ha venido abordando con psicofármacos, sin embargo, recientes revisiones y metaanálisis sitúan la terapia psicológica de orientación cognitivo-conductual como la terapia de elección para este tipo de trastornos psicológicos, mostrando resultados superiores a los conseguidos con el uso de psicofármacos tal y como recogen las últimas conclusiones del National Institute of Clinical Excellence (NICE), con la inexistencia de efectos secundarios tales como ideaciones suicidas en los fármacos antidepresivos o la depresión respiratoria en los ansiolíticos.

Las experiencias llevadas a cabo por nosotros en el abordaje de patologías respiratorias en las que la prevalencia de los síntomas psicológicos a los que hacemos referencia se presentan de forma similar, como es el caso de la EPOC, mostraron resultados esperanzadores teniendo en cuenta la disminución de las puntuaciones en ansiedad y depresión de los pacientes que recibieron la intervención psicológica y el empeoramiento de los síntomas en el grupo que no recibió este tipo de intervenciones.